La ley de Murphy

La ley de Murphy

No sé tú, pero yo no soy de las que va a comprar al super con un carrito de la compra. Soy más bien de bolsa, para qué te voy a engañar.

Así me va luego, claro. Que me digo a mí misma:

“Si total, voy a por estas cuatro cosillas…”

Y acabo cargada como una mula, con los dedos al borde del estrangulamiento a causa de las puñeteras asas anti-ergonómicas de las bolsitas de las narices y haciendo descansitos como las abuelas en el camino del Alcampo a mi casa para conseguir llegar a mi destino.

Inconsciente que es una. Porque, de todos es bien sabido que JAMÁS, y repito JAMÁS, vas a por cuatro cosillas y vuelves solo con eso.

Es más, no es para nada descartable la posibilidad de que regreses con diez artículos más y te olvides precisamente de aquellos que tan urgentemente necesitabas y por los que has salido de propio a comprar.

Te ha pasado ¿a qué sí? ?

Claro, cada vez que ocurre esto me prometo a mí misma que mi próxima adquisición va a ser un carrito de la compra en condiciones.

Y mientras lucho por mi vida hasta llegar a mi hogar, dulce hogar, voy visualizando nítidamente como entro en la app de Amazon y compro el susodicho carro en un solo click ☑

(Hay que ver lo inteligente que es Amazon, a lo que te das cuenta has pedido una lámpara de sal, un anticelulítico, un Ferrari y un Tyrannosaurus Rex)

Pero, volviendo al tema de las bolsas, te puedo contar que las tengo de todas las formas y colores. De tela, de plástico (cada vez menos, eso sí), de esas resistentes tipo a las del Mercadona

Vamos, que podía montar un mercadillo y forrarme vendiéndolas al por mayor. Porque tenerlas las tengo, pero nunca me acuerdo de cogerlas. Así que he optado por llevar siempre dos de ellas bien dobladicas en cada bolso y así no me pillan nunca en un renuncio.

Aunque debo confesar que todo este rollo te he soltado sobre el tema “bolsil” no es más que la introducción del tema que yo quería abordar realmente hoy:

LAS FILAS EN LAS CAJAS DE LOS SUPERMERCADOS

¿Habrá cosa más aleatoria, frustrante e injusta? ?

Permíteme dudarlo.

Porque, estarás de acuerdo conmigo en que, si hay una manera eficaz de comprobar que la LEY DE MURPHY funciona, es en la fila de un supermercado.

No falla.

SITUACIÓN 1:

Te pones en la fila más corta con la expectativa lógica de que va ser también la más rápida. Pues no. El de delante se atasca a la hora de pagar y no encuentra las monedicas necesarias para saldar la cuenta de una santa vez. O se acaba justamente el papel de la TPV. O la cajera se tiene que ir un momentito de nada a comprobar un precio.

O de repente rompe aguas, se pone de parto y hay que llamar al 061 de urgencia.

SITUACIÓN 2:

El altavoz anuncia que se abre una caja nueva. Dudas unos segundos si moverte o no por prudencia, por respeto, por educación…por gilipollas, vaya. Porque en esos segundos dubitativos una horda de energúmenos más avispados ha aprovechado para hacerte la 13/14 y ocupar la fila nueva. ¡Para que aprendas!

SITUACIÓN 3:

Vas llegando a las cajas. De lejos oteas el panorama y vas haciendo cálculos precisos del número de personas por fila, el volumen de mercancía en los carros, la “rasmia” con la que se desenvuelve la o el cajero…

Lo tienes claro: CAJA 3.

Y, a lo que llegas allí toda ufana por tu buen criterio, la susodicha cajera o cajero te dice con una amabilidad falsa y cruel:

“Lo siento pero por aquí ya no cobro, por la otra caja, por favor”

¡Halaaaaaaaaaaa, a tomar por saco tu plan perfecto! Vuelta a empezar y con toda probabilidad ¿qué va a ocurrir?

Efectivamente, LA LEY DE MURPHY again.

Vamos, que hagas lo que hagas (además de ponerte bragas como ya expliqué en mi post Mundo braga), te va a tocar la fila más lenta.

Así que, no te queda más que aceptarlo, y cuanto antes, mejor.

Porque la aceptación hará que esas ganas irrefrenables de matar a alguien que te entran se desvanezcan, y puedas enfocar tu energía en algo más productivo.

¿Que cómo haces eso?

Pues, por ejemplo, respirando. Que sí, que ya sé que no has dejado de respirar en ningún momento porque si no estarías MUERTA.

Me refiero a centrarte en tu respiración, conscientemente ?

Porque eso, no solo te ayudará a desconectar de esa rabia, frustración, o la emoción que estés sintiendo en ese momento. También te llevará a un estado mucho más calmado y beneficioso para ti.

Y si eres capaz de hacer esto en la fila de un supermercado, ya lo puedes aplicar a cualquier situación de tu vida que te provoque una alteración similar.

A mí se me vienen unas cuantas a la cabeza ¿y a ti? ?

¡Feliz día despeinad@! ?

PD: Si te apetece comentar algo ¡me encantará leerlo!

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