Duerme como puedas

Duerme como puedas
El camión de la basura, discreto y silencioso a más no poder. O peor aún, EL DE LOS VIDRIOS.
Los autobuses urbanos que, en el caso de mi calle, comienzan a circular a las 5 de la mañana.
La escandalosa transpaleta del amable chófer que provee de alimentos varios al supermercado de debajo de casa, ¡la madre que lo parió! ?
Los de Zaragoza Limpia, que son tan limpios, tan limpios, que han decidido que las 3 de la madrugada es la mejor hora para fregar las calles, what the fuck!
El perro del edificio de enfrente, que han dejado encerrado en una habitación con la ventana abierta para que se refresque el hocico y no para de ladrar a sus anchas.
El vecino de arriba quien, qué mala suerte la mía de verdad, tiene un trastorno obsesivo-compulsivo y cada dos o tres horitas necesita mover los muebles de su habitación, abrir y cerrar varias veces la persiana de su ventana o aplaudir arrítimicamente sin motivo ni razón lógica.
Tu marido sopa perdido roncando a unos decibelios que deberían estar contemplados en el código penal. Que no digo yo que se merezcan cárcel, no, pero una multa y alguna noche en el calabozo, seguro ?
La mosca que se ha colado en un descuido por el hueco de la mosquitera, y no para de dar por saco con su vuelo y su querencia por mi cara. O peor aún, el mosquito con su zumbido en mi oreja, que te mete el terror en el cuerpo y no puedes dejar de pensar en qué momento de la noche te va a atacar y picar.
Porque, amiga mía, si algo está claro en esta vida, es que si estoy presente no tienes que preocuparte de embadurnarte con Autan, que yo soy tu repelente de mosquitos más natural, eficaz y barato. Me van a picar todos a mí, te lo aseguro ???

Así que, si me veo en esta circunstancia, no paro hasta que consigo acabar con el maldito mosquito, sin poder pegar ojo hasta entonces.
¿Y a qué viene toda esta lista de cosas enumeradas sin orden y concierto aparente?
Pues creo que ya lo habrás podido deducir. Viene a que el mundo se puede dividir, una vez más, en dos tipos de personas:
- Las que tienen el sueño ligero a más no poder, y se despiertan al mínimo suspiro, se desvelan una cantidad indeterminada de veces durante la noche, y se levantan agotadas como si hubieran escalado el Monte Perdido.
- Y luego están las OTRAS. Esas que, sin el más mínimo miramiento por sus congéneres pertenecientes a la primera clase, duermen como si la vida no fuera con ellos y no se despiertan ni aunque estalle una guerra y caiga una bomba a su vera. Y que, además, son capaces de dormirse en cualquier sitio. ¡Amos, hombre!
¿Ha sonado un poco a envidia cochina? No era mi intención…bueno sí, para qué nos vamos a engañar. Que si eres del tipo 2, no sabes lo que es no poder dormir unas horas del tirón. Que es un suplicio, y que al día siguiente parece que has corrido una maratón. Y ya arrastras el cansancio todo el día y no hay quien recargue la energía.
Como esa gente que es subir a un avión (o cualquier otro medio de transporte), y aún no ha pasado la azafata o el sobrecargo de turno a hacer sus maniobras orquestales en la oscuridad (los aspavientos esos que están obligados a hacer y que casi nadie escucha, pobrecicos), que ellos ya están roncando a pierna suelta ?
Pero vamos a ver ¿eso qué es? Gentuza, eso es lo que son. Que luego yo me tomo un orfidal, y ni aun con esas me libro de enterarme de las turbulencias, de los botes del avión y de la matraca del puñetero niño que me ha tocado en el asiento de atrás.
Y ellos, oye, ahí, desnucaos y con la baba cayendo por la comisura de la boca desde que despega el avión hasta que aterriza. Que casi hay que meterles un sopapo tipo a la peli “Aterriza como puedas” para que se despierten y desalojen el avión.

Hombre, por Dios, no hay derecho. Qué injusta es la vida y qué poco miramiento por los que no dormimos ni p’atrás. La gente va a la suyo, ni empatía ni leches.
Que aquí la peli vendría a ser:
«DUERME COMO PUEDAS»
Pero claro, es que el mundo no se puede parar para que yo duerma bien, demasiados factores externos ¿verdad? Solo me queda la opción de irme a vivir a un chalet a las afueras, sin vecinos, sin supermercados, sin contenedores de basura…
Aunque aun así, seguro que había algo que perturbaba mi sueño. Puede que incluso demasiada quietud me impidiera dormir.
OH MY GOD!
¿A ver si la rarita voy a ser yo? Voy a reflexionar sobre eso un rato ?
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Bueno ya está, ya he reflexionado suficiente. Efectivamente, un poco rarita soy. Pero en este caso, no puedo evitar todo lo que hay alrededor, porque son mis circunstancias actuales. Así que tendré que aceptarlas y buscar soluciones alternativas.
¿Cuáles son mis opciones?
- Tapones – ya los tengo, y algo amortiguan aunque no del todo.
- «Endrograrme» – es una opción extrema para muy de vez en cuando…pero no la más idónea.
- Técnicas de relajación antes de dormir – lo intento, concentrarte en la respiración es bastante útil, aunque si hay mosquito, lo primero es aniquilarlo y luego ya si eso volvemos a respirar.
- Que me den un mamporrazo – eso sí, con la fuerza justa para dejarme KO unas horitas y sin consecuencias posteriores. Este método no lo he probado, recuerda:
NO INTENTES ESTA TÉCNICA EN TU CASA SIN LA SUPERVISIÓN DE UN PROFESIONAL
En definitiva…que cuando algo no podemos cambiarlo solo queda aceptarlo y buscar opciones que nos ayuden a sobrellevarlo mejor. Y, aunque parezca difícil, se puede conseguir.
¡Si yo casi ya ni escucho las mudanzas de mi vecino de arriba por las noches! ?

¡Feliz día, despeinad@! ?
PD: Si te apetece comentar algo ¡me encantará leerlo!
Hola, pues sí. Los mosquitos no sé si es maniático pero hasta no cazarlo no puedo dormir, en alguna ocasión hasta las 2.00 de la mañana, que le acabo de pillar.. (brrrrrrr). Sí. Soy del tipo 1. No se les ve en todo el día. Incluso cuando estás leyendo, pero, apagas la luz, te acomodas para dormir tranquilamente….. Y ahí está el zumbido, en tu cara. Eneeeeee!
Cómo te entiendo Nerea! Ese zumbido es lo peor del mundo, con lo pequeñajos que son y el miedo que dan ¡madre mía! ???
Pues hija, yo era del tipo 2, aún no había puesto la oreja en la almohada y ya estaba frita. Pero…¡ay amiga!: con la menopausia o premenopausia hemos topado. El caso es que me despierto setenta veces cada noche acalorada, con este tiempo veraniego se acentúa todavía más. En invierno lo llevo mejor, incluso hay temporadas que casi no me entero. Con lo bien que yo he dormido siempre, y lo que echo de menos dormir a pierna suelta. En fin, es lo que toca ahora y hay que llevarlo lo mejor que se pueda. ¡¡¡¡PACIENCIA!!!!
Bienvenida al club, ¡aunque no me alegro por ti! En fin, como bien dices paciencia y aceptar, y después intentar técnicas que nos funcionen para mejorar la situación…que ya te digo yo que la de las ovejitas a mí ni flowers jajaja.