Eso no se hace

Eso no se hace

¿Sabes ese tipo de personas que, estás tú manteniendo una conversación con alguien, y, sin ningún tipo de miramientos se acerca y os interrumpe para decir su chuminada?

Y perdona que lo ponga así, un poco exarcebada, pero es que a mí se me llevan los demonios ?

¿Que no estás viendo que estamos hablando o qué? ¿Que igual se trata de un asunto importante? ¿O privado? ¿O transcendental?

¿O HEMOS ENCONTRADO LA VACUNA PARA EL CORONAVIRUS Y VAMOS A SALVAR AL MUNDO Y TÚ ACABAS DE FASTIDIARLA?

Hombre por Dios. ¿No serás tú uno de estos especímenes verdad? Porque si lo eres, ya me estás dando tus datos que te borro de mis followers.

¡IPSO FACTO! Mira lo que te digo, ¡que yo no amenazo en balde! ?

Bueno, vale, estoy exagerando un poco…pero es que la mala educación es algo que me puede.

Y que no me escuchen o que me interrumpan continuamente mientras hablo también. Y eso que yo lo hago a veces…pero por fastidiar y ejercer básicamente de tocapelotas, que cuando quiero se me da muy bien ?

Pero es que hay gente que realmente no sabe lo que le corresponde. Que no quiere decir que haga las cosas con maldad, claro que no pero hombre, un poquito de por favor.

Hace unos días precisamente tuve una anécdota de estas. Y sí, la voy a contar. Y es remotamente posible que la protagonista del suceso llegue a leer este post, así que, por si acaso me dirijo a TI, persona que hiciste eso que estoy a punto de relatar:

“No estoy enfadada, no pasa nada y volveremos a hablar sin ningún tipo de problema pero….¡ESO NO SE HACE! ¡CACA!”

Así que espero que para próximas ocasiones, simplemente pienses dos veces antes de hacer algo parecido. Y ya está, con que sirva de aprendizaje me conformo.

Estás deseando saber qué pasó ¿a qué sí? Soy buenísima creando expectación, lo sé.

Bueno, primero pongo en contexto.

Participaba junto a algunos compañeros y amigos en una ruta fotográfica en la que otro compañero nos daba tips y consejos para hacer mejores fotos. Que si pensar en el propósito antes de hacerlas, que si el encuadre, que si la regla de los tres tercios… ?

Todo muy útil para personas como yo, que se limitan a darle al botoncico del móvil y esperar a que el susodicho capte la esencia, el colorido y la profundidad que mi mente imagina.

Pero claro, también había gente que tenía bastantes más nociones y experiencia, y que, de hecho, hacía ya sus pinitos con cámaras de las de verdad.

El caso es que una de ellas hizo una foto a una amiga bastante original y que quedó muy chula. Así que se ofreció insistentemente en hacerme a mí una igual. Que ya sabía yo que la mía no iba a quedar así de guay por varios motivos…

Pero ante tanta insistencia tuve que claudicar, y tras un “venga, vale, va”, ella agarró sin dilación mi teléfono móvil y empezó a buscar el mejor encuadre para la foto.

Justo en ese momento, entró una llamada de mi marido en el móvil.

¿Cuál habría sido la reacción lógica?

Pues darme el teléfono para que yo respondiera, dirás tú.

¿Cuál fue la sorprendente reacción de ella?

Rechazar la llamada sin ningún miramiento, alegando que estábamos ocupadas haciendo una foto y por lo visto, la llamada molestaba.

¿Cómo te quedas? Que el teléfono era mío, el marido era mío, ¡y la llamada era mía!!!

Por supuesto, yo, flipando y en estado de shock, me volví hacia ella exclamando:

“¿Pero se puede saber por qué le cuelgas el teléfono a mi marido????”

Es que no salía de mi asombro, vamos. Ella no se incomodó lo más mínimo y siguió a lo suyo, hacer la foto que era su objetivo.

¿Resultado? Como yo ya había previsto, la puñetera foto no tenía ni la mitad de gracia que la de mi amiga, entre otras cosas porque ella tiene pelazo y yo no. Y yo seguía con una sensación mezcla entre indignación, estupefacción y flipe que me duró todavía un buen rato.

Bueeeenooo, valeeee, te pongo la foto. Sé que lo estabas deseando. Hasta te dejo que opines. Pero poco ¿eh? No te me vengas arriba.

En fin, que a veces está bien pensar un poquico antes de actuar. Y eso que improvisar de vez en cuando también debe molar. Y digo debe, porque aquí una es de las que lo tiene que tener todo organizado y planeado, y no me saques de mis planes ¿eh?, ¡que me pongo “toa” loca! ?

Por eso estoy intentando aprender a ser más flexible y dejarme llevar de vez en cuando, que igual hasta resulta que sale genial.

Y si eres de las que nunca piensa ni reflexiona antes, pues igual probar a hacerlo en algún momento tampoco está tan mal.

Porque al final en el equilibrio está la virtud… o algo así ¿no? Y no todo es blanco o negro. Hay toooooda una escala de grises y de colores que podemos valorar. Así que ¡aprovechemos el arcoiris!

¡Feliz día despeinad@! ?

PD: Si te apetece comentar algo ¡me encantará leerlo!

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