Espíritu altruista

Espíritu altruista

¿Sabes la típica escena en la que tú vas a aparcar el coche y, aunque haya sitio para dos camiones, un autobús y un transatlántico, un amable jubilado considera que tiene que darte indicaciones y se pone a bracear cual azafata de Iberia dando instrucciones de supervivencia por si acaso el avión colapsa?

Si eres mujer, la respuesta será un rotundo . Ahora, si eres hombre…si eres hombre me apuesto mi casa en la playa a que la respuesta es NO.

***NOTA: No tengo casa en la playa, pero por si acaso existe una ínfima posibilidad de que seas hombre y te haya pasado, no me voy a jugar algo a riesgo de perderlo.

Oye, que no sé por qué, ven que eres chica y les debe entrar un espíritu altruista que no pueden contener en su cuerpo y dan por hecho que vas a necesitar ayuda.

Porque claro, el carnet de conducir lo tienes, pero parece ser que al género femenino le enseñan de todo en la autoescuela menos a aparcar.

Evidentemente, yo he sufrido esta situación unas cuantas veces. Y, aunque te cabrea mucho, piensas que el hombrecico lo hace con toda su buena intención y cuando sales del coche le dedicas una sonrisa falsa a más no poder, aunque lo que te saldría realmente es mandarlo a escaparrar ?

O a alguna obra, que mira que no habrá en la ciudad obras en las que puedan dar indicaciones a los obreros de cómo picar suelo o de cómo poner un ladrillo. Pero no, a ellos ni mú.

Pues al hilo de esto, el otro día llegaba yo a mediodía a mi barrio y, cosa extrañísima, encontré sitio para aparcar a la primera. Y además un sitio en condiciones, no de esos que tienes que hacer veinte mil maniobras para encajarlo, no, un sitio con espacio de sobra.

Y otra cosa no, pero a mí aparcar se me da muy bien. No me pidas que conduzca marcha atrás, que eso ya es harina de otro costal… Y si no, pásate por mi post Siempre hay opciones y descubre una de mis historias para no dormir ?

Bueno, pues ahí estaba yo, dejando mi auto niquelado y perfectamente encajado en el sitio, cuando veo que un amable caballero se para, me mira y me hace gestos para que baje la ventanilla del coche.

Yo no entendía muy bien su propósito porque ya estaba aparcada, así que llegaba tarde para darme ningún tipo de indicación. Por mi cabeza pasó la posibilidad de que tuviera alguna rueda pinchada, algún espejo a la virulé o de que hubiera alguna señalización oculta.

Intrigada, a la par que desconfiada, bajé la ventanilla y este fue el diálogo:

Señor: ¡Qué suerte has tenido de aparcar!

Yo: Sí, sí, la verdad es que sí…. (que digo yo, cierto era que había aparcado a la primera, pero eso el señor no lo sabía y bien podía haber sido que hubiera tenido que dar diez vueltas al barrio antes de conseguirlo)

Señor: Lo que deberías hacer es comprar lotería ¡porque hoy es tu día de suerte!

Yo (un poco descolocada porque eso no me lo esperaba): Pues mire, igual lo hago…

Señor: Eso sí, si te toca ya me puedes buscar e invitarme a un café ¿eh?

Yo: Hombre, ¡por supuesto!

Y el señor se fue tan campante y contento por haber hecho lo que seguramente creyó que era su buena obra del día. Y reconozco que a mí me sacó una sonrisa porque me hizo bastante gracia su ocurrencia ?

Ahora viene la pregunta del millón:

¿COMPRASTE LOTERÍA?

Y, sobre todo:

¿TE TOCÓ???????

Pero vamos a ver, alma de cántaro, ¿tú crees que esto es coser y cantar? ¿Comprar y tocar?

Y si encima nunca llegas a comprar como fue el caso…pues nastis de plastis, como se decía en la época de Mari Castaña. Si es que no soy nada lotera yo, que al segundo de decírmelo se me olvidó.

Pero mira, quedó como una anécdota graciosa más que me ha dado para escribir otro de mis posts.

Y para concluir, una vez más, que muchas veces prejuzgamos a las personas por situaciones previamente vividas. En este caso, para mí:

Señor mayor + Aparcar coche = Intento de enseñarme cómo aparcar

Porque eso es lo que ha significado otras muchas veces.

Y mira tú por dónde, nada que ver con la realidad. Aunque la lección de aparcamiento habitual siempre es gratis (excepto si la hace algún gorrilla, que esos sí que te piden propina) y el café de este señor lo habría tenido que pagar ???

Pero tengamos en cuenta que en la mayoría de las ocasiones los prejuicios son equivocados. Y que podemos dar una oportunidad a que las cosas sean distintas a como nos las hemos imaginado.

¡Feliz día, despeinad@! ?

PD: Si te apetece comentar algo ¡me encantará leerlo!

Últimos Posts

2 Comments Hide Comments

Así es querida amiga. Pasamos una buena parte del tiempo a suponer cosas o situaciones, o simplemente a sacar conclusiones bajo nuestro criterio…..

Y así nos va! jajaja. Es complicado no hacerlo porque es un proceso inconsciente, lo bueno es darnos cuenta y poder desapegarnos de esos pensamientos!

Escribe tu comentario